martes, junio 01, 2010

A un año de la crisis de la gripe AH1N1: El caso del “Niño Cero”



Una historia y una estatua infantil son el atractivo de La Gloria, Veracruz. Por sus calles polvorientas, en su mayoría, va y viene, entre sonrisa, bostezo y estornudo, el “Niño Cero”, Edgar Hernández Hernández.

Por Israel Roldán

La Gloria, Perote (Veracruz).- Es una comunidad con fama, buena y mala, que en cosa de meses logró obra pública demandada por años. Una historia y una estatua infantil son el atractivo del lugar. Por sus calles polvorientas, en su mayoría, va y viene, entre sonrisa, bostezo y estornudo, el “Niño Cero”, Edgar Hernández Hernández, el primero en el país al que se le diagnosticó el virus de la influenza humana A H1N1 al que sobrevivió hace un año.


A las ocho de la mañana se le puede ver cruzar junto a la fuente del parque central para ir a la escuela de la mano de su madre, María del Carmen Hernández Pérez, la mujer que recuerda los días de abril de 2009 con sus largas horas.


El frío lo hace abrazarse a si mismo entre la gente que a esa hora comienza a abandonar el poblado para salir a trabajar a Perote, la cabecera municipal. Algunos otros, para ese entonces, casi han terminado la pizca en las tierras de comunidades cercanas.

Los fines de semana o feriados, al igual que en vacaciones, Edgar duerme mucho. Sus defensas quedaron “bajas” por la influenza y constantemente presenta cuadros gripales. Enferma, según estimaciones de su madre, cada 15 o 20 días.

El ‘catarro’ y los estornudos le impiden ser un alumno con asistencia regular a la escuela, aunque mantiene promedio arriba del ocho.

“Salió adelante, sí, pero le quedaron secuelas de que sí le afectó (su estado de salud). Se me enfermó mal (sic) como mes y medio, mal otra vez de los bronquios”, asegura María del Carmen Hernández. Pero de dos meses a la fecha no ha habido gripa. “Eso me pone más tranquila. Yo le veo muy bien ya”.

En abril de 2009 México activó la alerta en todo el país por el brote del A H1N1 (llamado en principio virus de la influenza porcina). Para entonces en el parque central de La Gloria se habilitó un centro de prensa internacional (la cadena CNN llamó a la comunidad el “center of International press” del virus de la influenza humana) para testificar el caso de Edgar Hernández Hernández, a quien bautizaron como el “Niño Cero”.

Los enviados de prensa encontraron en ese entonces una comunidad sin caminos asfaltados, con muchas de sus viviendas sin servicios públicos y en su mayoría con pisos de tierra. Como la que habita Edgar Hernández.

Se trataba de un poblado sumido en el olvido oficial al que no llegaban programas asistenciales ni de desarrollo social.


Muy cerca se ubican las granjas porcícolas de la transnacional Granjas Carroll de México, a la que se vinculó con el “virus porcino” y se acusó ser el foco que provocó la influenza humana en La Gloria, que después se ‘exportaría’ al resto del país.

Los tres primeros días de ese abril Edgar (ahora de seis años) padeció cada uno de los síntomas del AH1N1. Por su madre se atendió rápidamente con amoxicilina recetada por los médicos del centro de salud. Hacia la mitad del mes las visitas se habían invertido, eran los doctores los que iban a la casa del paciente. Para finales, María del Carmen recibía el diagnóstico de su hijo por el propio gobernador, Fidel Herrera Beltrán: influenza humana.

“Llegó y nos dijo: bueno papás de Edgar, les vengo a dar la noticia. Acá traigo los papeles y dio positiva la enfermedad de Edgar (…) salió con influenza AH1N1; él me dijo eso, yo no tenía conocimiento de lo que era esa enfermedad”.

Desde entonces el chaval se ha convertido en un símbolo de la comunidad que comenzó a registrar progreso por el asfaltado de caminos.

Se rehabilitó además el parque central en el que en agosto del año pasado se colocó una estatua en honor al “Niño Cero”, Edgar Hernández, mundialmente conocido por haber sobrevivido al nuevo virus.


Pese a las grandes obras, La Gloria parece no haber cambiado mucho. La imagen del escenario es similar a la de hace uno año por las rachas de viento que hacen que las moscas de las lagunas de oxidación donde Granjas Carroll vierte los desechos fecales de sus cerdos invadan el entorno. Eso dicen los pobladores, quienes enferman casi naturalmente de gripe, mal que achacan a los criaderos porcícolas.

Pero ahora la atención médica en el lugar es permanente; la mayoría de los que allí viven son vacunados contra la influenza estacional para evitar brotes de males respiratorios. A dos calles de la vivienda de Edgar está el centro de salud y una más adelante un módulo del DIF estatal en el que un médico atiende todos los días, que con regularidad es visitado por el crío tomado de la mano de su madre.

El “Niño de La Gloria” (como también lo ‘bautizaron’) no entiende mucho sobre su caso; eso sí, presume su complicidad con el gobernador Herrera con quien -asegura- se ha hecho amigo y lo acompaña a uno y otro lado al que lo invita.

“A veces nos hablan por medio de otras gentes (sic) y nos dicen, sabe qué señora, el gobernador quiere ver a Edgar, traiga a Edgar (…) Pregunto que cómo debe ir vestido y me dicen: usted tráigalo que acá él le compra su ropa, su trajecito o lo que necesite”.

El chaval ingresó ya a primer grado de primaria. Como cualquiera de su edad se inquieta por las visitas de extraños a su casa. De la cama se levanta sacado por su hermano Jonathan, el más pequeño.


Desde la sala de tres por tres metros cuadrados lo llama su madre para que platique con reporteros y cuente del regalo que le ha hecho la “licenciada Silvia” (Domínguez López, secretaria de Protección Civil), una computadora que anhelaba para echarle un vistazo a su enciclopedia digital que le obsequió “Fidel”. Pero Edgar no platica de eso, más bien del teléfono celular que desea para su cumpleaños, el 13 de julio.

Con monosílabos responde que está bien, que las clases en la escuela “van bien” y que lleva puro “10” –referencia desmentida por su madre.

En donde las cosas no marchan es con los amigos. Según él tiene solamente amigas, “puras amigas” –provoca risas de quienes lo escuchan.

- ¿Te has hecho muy amigo del gobernador no Edgar?
- Sí.
- ¿Qué te platica, qué le dices?
- No sé (…) Nada más lo saludo (…) Me cae bien. Se llama Fidel.
- Te regalaron tu computadora ¿qué haces en ella?
- Todavía nada.

Pregunta por su hermano, por su papá, y corre al traspatio de su casa para comenzar los juegos del día.

La situación de La Gloria aún puede mejorar. Todavía hay condiciones de insalubridad y marginación, como hay promesas de llevar más apoyos para la población. Puede apelarse al esfuerzo de sus pobladores por salir adelante, pero requieren de la ayuda oficial.

Israel Roldán es periodista; jefe de información periódico MARCHA
israelroldan1@hotmail.com
twitter.com/israel_roldan

(Este texto se publicó originalmente en la edición digital del periódico MARCHA, www.marcha.com.mx)


Puedes además escuchar reportaje para la radio española Hora Global 25, estación hermana de W-Radio México, en la que el autor colabora en la corresponsalía Veracruz:





Reportaje de Israel Roldán sobre el primer año de la Gripe A http://bit.ly/cOfztO

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